sábado, 10 de marzo de 2012

Piercing-Ryu Murakami


"Con cuidado de no pincharse el dedo, sacó el punzón para hielo del bolsillo. Cerró la mano derecha alrededor del mango y con la izquierda retiró cuidadosamente la manta del bebé".

Con esta tarjeta de presentación, no esperéis encontrar un texto demasiado amable del otro Murakami. Autor que ya nos había dejado tocados en su momento, con esa historia tan decadente y sexualmente violenta, que nos hizo enrojecer en la red de transportes de esta ciudad, llamada Azul casi transparente.

Entre los personajes oscuros de Kanzaburo Oé y las pesadillas de David Lynch o la película de Jaime Rosales "Las horas del día", se encuentra Piercing, una versión a la japonesa del origen de la crueldad, de la violencia controlada con aplomo, el desdoblamiento de la personalidad, la sed de dolor. Un festín, algo gore, que estudia los motivos del crimen, cuyas causas vienen de tan lejos como las huellas de la infancia. 

Un libro escrito sin piedad, elegante, bien resuelto. Una historia narrada excepcionalmente, sin estridencias, que genera tensión por llegar al final, a veces ganas de taparse los ojos. Pero con seguridad, engancha de forma increíble. 

Incuestionable, alta literatura.

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