Bicicletas voladoras.

BICICLETA- 1.Máquina del tiempo cuyos componentes básicos son dos ruedas generalmente de igual diámetro y dispuestas en línea, un sistema de transmisión a pedales, un cuadro metálico que le da la estructura e integra los componentes, un manillar para controlar el rumbo y un sillín para sentarse. El desplazamiento en el tiempo se obtiene a través de la energía producida al girar con las piernas la caja de los pedales, configurando así las coordenados.2.(...)

Pedalea (origen: el mercado, destino: su pasado). Lleva una cesta de mimbre en cuyo fondo hay tomates de diferentes tamaños, alguna fruta de un color atardecer y unas orquídeas que el viento despeina con sus embistes producidos por el movimiento. Atraviesa el paseo marítimo, su timbre color rojo emite un sonido estridente, de tonos agudos, similar a la percusión de un triángulo metálico que invita a los viandantes a dejar paso. La tentación de las olas al final del espigón reconducen el cuadro de mandos de su manillar que gira noventa grados. Tiene el alma metálica y la inmensidad del mar es su imán. El ritmo de los pedales se acompasa como una caja de música interior que susurra: "sístole-diástole, sístole-diástole". El dique se convierte en una improvisada pista de despegue, una meta que quiere alcanzar con sus piernas.

 Tiene las mejillas congeladas, siente la hoja afilada del viento perforándole por dentro, está  a punto de iniciar el despegue. La maquina del tiempo da marcha atrás:  mis manos densas son una estufa con la que acaricio sus pómulos y sus orejas de hielo que apenas entran en calor. Sus rodillas ensangrentadas: los frenos fallan por la cuesta abajo de los días.

Conduce una bicicleta color naranja con un sillín enorme. En mitad de la estructura del cuadro hay una palanca de cambios con una progresión de números grabados: con ellos hace cálculos para maximizar el esfuerzo según la potencia y la velocidad. Advierte los baches de la carretera debido al sistema de amortiguación con el que la rueda delantera se adecúa a la conducción. Con sus amigos juega a ser valiente y suelta los brazos del manillar, los extiende, su sombra en el asfalto confiere la libertad de una gaviota que se desliza aprovechando las corrientes de aire, su cuerpo parece encerrado en el arco iris de una pompa de jabón surgiendo de un burbujero de fabricación casera.

Siente que la bici es ligera, quizá por los neumáticos delgados que se adaptan perfectamente al asfalto. El instante es infinito, y con la necesidad de ser viento aumenta el ritmo. Se acelera su extenuación, sus pupilas se dilatan, la línea de la distancia se acerca. "En el horizonte está el vacío y yo soy un Supermán improvisado". 

Su bicicleta es piel, carne, gemido, caucho húmedo y flexible entre sus manos acompasando el ritmo. 

Despliega sus alas. Inicia el vuelo.