se termine esta noche, cuando alguien
corte la carne o sirva el vino,
cuando alguien brinde por al año que empieza.
Tú no te pongas bragas, amor mío;
debajo del vestido no te vistas,
que al menos quede una razón
para asistir a tanta decadencia
con la sonrisa puesta
en un futuro menos raro.
Debes saber que en Navidad
puede quedarse fría la sopa
mientras vemos la tele, aunque también
a veces hay que acudir a la mesa
con precipitación, atender las llamadas
de familiares y escuchar solemnes
el discurso del rey.
Pero, amor,
tú no te pongas bragas, déjame
al menos esa luz encendida.
Salir Ileso -Raul Nieto de la Torre