http://vitahairandbeauty.co.uk/bring-on-the-rain-what-to-do-on-a-wet-day-in-london/
Londres, soy el superviviente que define al cansancio en un idioma que no es el mío.
Soy tu noche, está lloviendo y parece que la luna cabe en una gota.
Soy el trazo firme del invierno que atraviesa tus ventanas.
Soy el humo de las chimeneas que resbala lentamente por tus calles.
Soy el pasajero que recorre la distancia del tamaño de su Oyster.
Soy el reloj de tu torre y sé que un día parece demasiado tiempo.
Soy tus edificios como icebergs que crecen bajo el río.
Soy el color gris de la niebla que se esfuerza en borrar todos los rostros anónimos.
Soy la corbata del oficinista que sube tan alto como sus sueños.
Soy el aliento rojo de tus autobuses con el que se agita el tráfico.
Soy tu cambio de moneda, tu té de jazmín, tu olor a mantequilla, tu paisaje de piedra en el museo.
Soy tu tierra humedecida contra las hojas que pisas en Hyde Park.
Soy el café que dura de Clapham a Hackney con el que te calientas las manos.
Pero principalmente,
y entre todas las cosas,
soy tu destino.
La circunstancia de alejarse del pasado
justifica que estés aquí
en esta ciudad donde
hasta la muerte resulta indiferente
y nadie tiene miedo a nada
que no sea
hablar demasiado
de uno mismo.