Amo y odio esta ciudad al mismo tiempo
y sé que jamás terminaré de cruzar sus fronteras.
SI acabas de llegar serás un sauce perdido
pero sentirás que perteneces a este bosque.
Madrid es el asfalto sediento. La distancia que se aleja
frente a ti.
Madrid es la tormenta que disparan los relojes.
El verano de nieve, los zapatos calados,
el aire suspendido en
mis pulmones.
Madrid es mi andén desnudo, tu mar de cristales rotos,
el mismo predicado para todos los sujetos.
Madrid es la traducción del lenguaje de grises
que describen los charcos al dialecto de la luna.
Madrid es una película de Ken Loach, un poema de Ángel González,
una canción de los Doors.
Madrid es una historia sin estructura, un relato sin protagonista.
Madrid es la amistad sin causa y su ceguera desmedida.
Madrid está en el bronce de las estatuas, en el cristal de
tus ventanas,
en los árboles en
flor.
Madrid es la profesión del viento,
el destello de la luz, una presencia en cada plaza.
Madrid es nuestra historia de amor,
aquí te conocí,
cada uno de tus pasos
son tatuajes en mi piel.