"Mi tío se perdió, pero se perdió de verdad. Nada de arte, nada de metáforas. Nada de transferencias vicarias. Uno se puede perder de muchas maneras estando a plena luz, pero perderse de verdad, quemar las naves, desaparecer, es otra cosa. Es, dentro de todo, un acto de gran valentía o todo lo contrario. No lo sé, no lo he hecho, no lo haré. Es, sin duda, ese tipo de acto impulsivo que termina marcándote para toda la vida. Hay gente que toma un camino y ese camino no tiene retorno, incluso si intentas echar marcha atrás."
Desencantado con tu país(cosa, hoy por hoy, común) y con tu vida, un día decides largarte a probar suerte. El sueño, la oportunidad de una nueva vida, un renacer. Porque la que vives actualmente está agotada(spent). Quizá, arriesgar a probar suerte sea mejor que seguir dormido sin vivir. Entonces te largas, te vas al extranjero, emigras, imaginemos a USA, el país de la oportunidad, de la democracia(dicen), de los sueños.....
Cuando llegas allí, a un mundo ajeno, a un universo que no te pertenece, descubres que todo es distinto a como se dibuja en esos programas de televisión en los que aburguesados expatriados cuentan que se vive mejor allí.
Algo parecido le ocurrió a Carlos Fuguet, protagonista de missing, la historia de un sobrino, nuestro autor chileno, que busca a su tío desaparecido tras marcharse a USA. Un libro recomendada en la sección de novedades de la biblioteca municipal. Está editado por Alfaguara. Una cosa he de decir de Alfaguara, tal vez sea casualidad, pero tienen la costumbre de comparar a todos los autores con Bolaño, como referencia de la exquisita literatura. Dice la contraportada: "Fuguet está parado todo el tiempo tambaleándose sobre el mejor Bolaño".
Al principio me resultó insípido, sin chispa, pero sin perder la esperanza de llegar al punto de inflexión esperado en el libro, me fui adaptando y en consecuencia enganchando. Es un libro arriesgado, muy personal y verdadero, porque la parte inventada es tal vez la mas verdadera. Un road movie interno, la muerte y resurrección en varios ocasiones y diferentes etapas del ser humano, un libro para aprender, una historia que resulta familiar.La vida de un emigrante, la crisis personal, la soledad, el aprendizaje, la madurez, la lucha por la supervivencia física y mental.
El autor utiliza un estilo nuevo que mezcla el ensayo, los emails, el formato verso o la mezcla del castellano con el inglés. Hay un narrador-investigador que emprende un viaje a Estados Unidos alentados por las pistas que le acerquen al paradero de Carlos Fuguet.
"Deja de molestarnos, deja de existir. No existes para mi. Sólo me has traído problemas. No queremos verte nunca más. No me interesa que seas hijo mío."
Tal vez sea éste el desencadenante que llevó al hijo-problema, la oveja negra, el tipo rebelde, a esfumarse de la faz de la tierra, a convertirse en un rumor, una especulación, un ser invisible, muerto por suicidio sin quitarse la vida.
Se fue con todas las consecuencias, no podía regresar, Chile estaba quemado, terminado.Dejó atrás la universidad, la política, sentirse parte de algo, para pasar a ni siquiera sentirse parte de sí mismo. Marchó al pacífico que bañaba también Chile, sin embargo estaba muy lejos, se sentía sólo, y pronto se hizo fuerte, se reencarno en alguien que no conocía, sufrió, vivió un duro proceso de adaptación....La vida no es fácil, la vida es diferente a como la pintan en televisión. Estuvo en el army, también in the jail, trabajo de varios cosas, tuvo inquietudes, descubrió el amor y el desamor, las drogas, viajó por norteamérica pero principalmente al fondo de sí mismo, entonces decidió desaparecer.
"Los primeros meses fueron duros, a veces pienso en ellos y se me aprieta el estómago, me hace sentir mal físicamente del puro recuerdo, a veces siento que vuelvo a tener 19 años y me da pánico, ojala nunca-nunca- si hay otra vida vuelva a tener 19 años y sentir las cosas que sentí estando tan, tan lejos. Creo que nunca, nunca, me he sentido peor, nunca he sufrido más, he sentido que la carne se me abre de dolor, que durante algunos bajones, que sufrí en Eleá. Es cierto que no sucedían siempre pero a veces estaba tan mal que no podía o no quería seguir, había momentos buenos, sí, normales, cosas mínimas que me sacaban de eso, que me apretaban el pecho, que me llenaban los ojos de lágrimas cuando olía algo que me recordaba a Santiago, supongo que fue parte de hacerse hombre o romper con Chile, o con el pasado, no lo tengo claro, sólo se que durante esos meses fue como si hubiera estado solo, algo que es mas o menos cierto, estaba en un país ajeno donde no conocía el idioma, nadie me conocía o le importaba, era invisible."
Antes de ayer no me estaba gustando, hoy lo acabo recomendando.