Era otoño y el mapa de isobaras
predijo inundaciones en el norte.
Fuimos tormenta
que entró por el atlántico,
arrasando todas
las ciudades del mundo
al mismo tiempo.
Te amé torrencialmente,
y cada relámpago
gritó tu nombre.
(No recuedo exactamente, pero en algún lugar leí algo parecido que inspiró este poema).
predijo inundaciones en el norte.
Fuimos tormenta
que entró por el atlántico,
arrasando todas
las ciudades del mundo
al mismo tiempo.
Te amé torrencialmente,
y cada relámpago
gritó tu nombre.
(No recuedo exactamente, pero en algún lugar leí algo parecido que inspiró este poema).
(...) Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.
ResponderEliminarCap, 93. Rayuela
pasional ese atlántico que te ha inundado
ResponderEliminary yo sí recuerdo sí. Donde la tormenta grito tu nombre.
Un abrazo
Me he permitido entrar en tu blog, ya que en tu insta esta el enlace. Es un placer poder leer lo que se escribe con el alma. Enhorabuena por este blog tan magnifico. Saludos!!
ResponderEliminarHe llegado para quedarme.
ResponderEliminarenhorabuena (gracias por hacerme leer y sentir con versos).