domingo, 14 de junio de 2015

Feria del libro


















-Escribir un poema es intentar desatarse,
adivinar en qué mano está la moneda

-dije yo-. Tú mirabas
el sol igual que un fuego encima de la isla
y yo dije: -La poesía empieza
cuando ya has olvidado qué es lo que te asustaba
pero aún tienes miedo.

Yo veía
las torres blancas. Tú dijiste: -Es raro,
nos gustaría huir
pero nadie nos sigue.


Junto al agua,
partiendo nuestras vidas,
cortándonos las manos al coger los cristales,
tú dijiste: -La poesía es todo
lo que hay entre un disparo y el animal herido.

Parecías
tan lejos, tan a salvo
de ti y de mí;
distinta igual que siempre,
rota y vuelta a armar de una manera nueva.

El sol se fue. La noche
se acercaba y yo dije: -¿Recuerdas que jugábamos
a poner nuestros años
al lado de la Historia? Por ejemplo:
aprobaste Latín y Armstrong llegó a la luna...
Y tú dijiste: -El fuego
                                           de los días,
                                                                   la suma
de las horas,
las letras de "Armstrong llegó a la luna"...

Estábamos tan solos,
tan cansados,
como perros perdidos en medio de la lluvia,
como hombres mirando la noche desde una casa vacía.

Vi las últimas luces de la costa y el cielo
extraño encima de la playa. -A veces
-dije- no hay más que eso
y algún sitio donde ir pero ningún sitio donde quedarte
y palabras que son las piezas del abismo
y recuerdos igual que disparos en una diana.


Luego llegó la luz, el ruido azul
de la mañana,
mientras tú decías:
-Te di mi corazón y quisiste mis sueños,
te di mis sueños pero quisiste mi esperanza.
y yo dije: -Sí, es eso. Eso es todo:
una sola mujer y un millón de maneras de perderla.

Me miraste. Dijiste: -¿Y después? Y yo dije:
-Nada. Después no hay nada.
Después de eso
tenemos que estar juntos para siempre.


Nos quedamos callados,
junto al agua,
mientras la luz rompía el orden de la noche,
mientras el mar se estrellaba contra los nombres de las ciudades.
Mirando el sol sobre las torres blancas.
Cada uno observando su corazón moverse
lo mismo que un pez rojo en la oscuridad de un río.

La sombra de las torres se parecía a mi vida.

Cada uno protegido por su propio dolor,
como ángeles mirando una tormenta desde el fondo del cielo.


De "Todos nosotros" 1998 -BENJAMÍN PRADO


Benjamín Prado:

Ahora que se ha terminado la feria del libro sólo puedo decirte que fui el primero. Esperé diez minutos en la caseta de la Editorial Visor. Sentí en la piel el instante como el momento anterior de un todo. Luego apareciste y me hubiese gustado decirte que escucho el rugido de un león en tus poemas, que el fuego se parece a la tinta con la que escribes y que los ojos me arden bajo la potente luz de tus palabras, me hubieses gustado preguntarte cómo se puede ver en la oscuridad, cómo se descifran los códigos secretos que las palabras envuelven, cómo se puede ser más fuerte que el olvido, y sin embargo, sólo pude sonreír cuando me firmaste "Marea humana" . Te dije que Ecuador era mi favorito, tú fuiste agradable, me contaste algo sobre añadir nuevos poemas y reeditar, y con tus palabras sólo pude constatar una cosa: eres de carne y hueso. 

Recordaré esta feria del libro: el olor a papel, mi bici, la lectura en un jardín de primavera, buscar mi paraíso en el reverso de la caseta 85, volver atrás y pensar hacia delante, despeinar la zona, disfrutar de la ansiedad de la tarde, sentir el poema y el esplendor de su abrazo, suspirar.

6 comentarios:

  1. Hay algo de mágico (cuando la cosa sale bien, claro) en los encuentros con músicos, escritores, actores o directores de cine cuya obra ha significado tanto para nosotros, sobre todo al comprobar, como dices, que son humanos, que tienen sus neuras y sus dudas sobre si tal poema o tal canción están totalmente logrados, poema o canción que igual para nosotros son insuperables.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Suelo sentirme poco inspirado cuando el destino frente a algún artista admirado. Me pongo muy nervioso y surge una versión excesivamente tímida de mí. Recuerdo que sólo perdí un poco la distancia una vez que conocí a Letitia Sadier: https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%A6titia_Sadier

      Ella estuvo muy cercana, incluso fue a por un vino y regresó para seguir charlando.

      De B. Prado sólo puedo decir que sus poemas son difíciles de superar.

      Abrazos.

      Eliminar
  2. No he leído nada de Benjamín Prado y sin embargo cada vez que le veo en alguna entrevista me digo tengo que leer un libro suyo . Lo busque incluso pero no tenían ninguno ese día , y ahora al leerte tengo aun mas ganas de descubrirlo , sin falta será la siguiente compra , ya ! Muchas gracias por este aperitivo ;)
    Un beso !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te lo recomiendo encarecidamente. Sus poemas son muy potentes, puro fuego. Cualquiera de sus libros de poemas son perfectos para un viaje en tren tras una tarde de fotos. Ya me contarás que te parece.

      ¡Un beso!

      Eliminar

  3. Hola Patapalo.
    Yo no quiero llamarte más “Patapalo”. ¿Se puede saber cómo te llamas? A mí nunca me lo dijiste jaja.
    Voy a hablar serio. ¿Viste cuando lees algo en Internet y te gusta? ¡Pero te gusta de principio a fin. Y suspiras. Y piensas..¡Qué bueno!
    Eso me pasó. Es bellísimo. Si mueves los versos de lugar puedes armar varias poesías porque todo tiene que ver con todo, es pensante.
    A ver, algo así, agarro un verso del principio y uno sobre el final. Quedaría….

    Junto al agua.
    lo mismo que un pez rojo en la oscuridad de un río.
    Como perros perdidos en medio de la lluvia,
    la poesía es todo
    lo que hay entre un disparo y el animal herido.


    Nah, no puede ser que se le ocurran estos versos. Lo mejor es que es actual, suelo apasionarme con los poetas muertos, y por eso nunca pude decírselo a ninguno; aunque por ahí hablo con Oliverio.
    Ya sé, estás pensando: ¿Qué tomó Vivian esta noche? Ji
    Claro está, ya lo busqué en Internet, y caí en su blog. Es genial lo que escribe, aunque usa una plantilla muy feita y de difícil lectura, con un fondo blanco sería más fácil, pero como dice el refrán…¡Para gustos, se han hecho las plantillas!

    Por otro lado, hoy ando con tiempo. (Acá guardé el comentario porque si se me cierra el Word ni sueñes que me acordaré de todo lo que dije, ahí pongo algo cortito porque me ofusco) Te decía, por otro lado me emocioné con tu texto, la letra chica. Imagino esa sensación, y puede sentir tu corazón haciendo tuu-tucu mientras te firmaba el libro.
    Me alegro por ti Patapalo. Yo no quiero llamarte más “Patapalo”. ¿Se puede saber cómo te llamas? A mí nunca me lo dijiste.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. ¡Vivian! Qué alegría que tengas tiempo y recuperes el pulso en este mundo de los blogs. Me ha hecho ilusión que hayas viajado más allá de las fronteras del poema. Es cierto, los poemas de Benjamín Prado son muy intensos y tienen muchas capas y lecturas. Adoro tus comentarios: haces sentir afortunado al que los recibe y siempre desembocan en una sonrisa.

    A ver qué dices de las plantillas, te voy a contar una anécdota en “Petit Comité”. Resulta que alguien que me sigue ha enlazado en su Twitter la dirección de mi blog junto al hastag @benjaminprado. Me ha hecho ilusión porque Benjamín Prado ha retwiteado la entrada y ahora sé que ha leído mis palabras, y tal vez también ha leído lo que has dicho de sus plantillas de Blogger jaja.

    ¿Cómo es eso de que no sabes mi nombre? ¿No te lo ha chivado Sandra Garrido? Puedes llamarme José Manuel cuando te enfades (o así me llamaban mis padres en determinados momentos), Jose si se te hace muy largo, o Jota para recortar como versión más comprimida.
    Muchas gracias y un honor tu visita, Musa Confusa.

    Feliz verano. Abrazos.

    ResponderEliminar