He dejado el psicoanálisis. No sé por
cuánto tiempo. Estoy muy mal. No sé si neurótica, no me importa. Me siento muy
pequeña, muy niña. Y me van abandonando todos. Absolutamente todos. Mi soledad,
ahora, está hecha de quimeras amorosas, de alucinaciones... Sueño con una
infancia que no tuve, y me reveo feliz ―yo, que jamás lo fui―. Cuando
salgo de estos ensueños estoy anulada para la realidad externa y actual. Jamás hubo tanta distancia entre mi sueño y
mi acción. No salgo, no llamo a nadie. Cumplo una extraña penitencia. Y me
duele funestamente el corazón. Tanta soledad. Tanto deseo. Y la familia
rondándome, pesándome con su horrible carga de problemas cotidianos. Pero no
los veo. Es como si no existieran. Siento, cuando se me acercan, una
aproximación de sombras fastidiosas. En verdad, casi todos los seres me
fastidian. Quiero llorar. Lo hago. Lloro porque no hay seres mágicos. Mi ser no
tiembla ante ningún nombre ni ninguna mirada. Todo es pobre y sin sentido. No
digamos que yo soy culpable de ello. No hablemos de culpables.
He pensado en la locura. He llorado rogando al cielo que me
permitan enloquecer. No salir nunca de los ensueños. Ésta es mi imagen del
paraíso. Por lo demás, no escribo casi nada.
Hay sin embargo, un anhelo de equilibrio. Un anhelo de hacer algo con mi soledad. Una soledad orgullosa, industriosa y fuerte. Es decir: estudiar, escribir y distraerme. Todo esto sola. Indiferente a todo y a todos.
DIARIOS: ALEJANDRA PIZARNIK
Me ha dolido por lo cercano.
ResponderEliminarNo cesan
No para ese murmullo que rompe mi silencio
Palabras llanas
Palabras vacías
Palabras y más palabras que taladran el sosiego,
Nadie entiende esta necesidad tan mía
Nadie capaz de comprender me hueca.
Sí, soy cruel
Quiero pasear por mis paisajes internos
Un interior que precisa de distancias
De encontrar refugio en su ciudad cautiva.
Continúan las voces
Y yo con mi carencia
Con esas ganas de suicidio
Desaparecer entre la espuma de una ola
Acurrucarme dentro de una caracola
Salir corriendo a ningún sitio.
¿donde se esconde el silencio?
Quisiera encontrar el lugar donde la nada
Donde las algas me arropan y tararen la canción de los sueños
No cesan
No cesan
El azul es un agujero sin memoria
Y las nubes pedazos de algodón para la herida
Quisiera ser aquí solitaria y virgen Como los prados.
(No he llegado aun a publicarlo)
Un beso
Me ha encantado tu cielo de algodón y tus paisajes interiores. Publícalo que es precioso.
ResponderEliminarBeso.