Esa hora en la que el mundo se apaga
y sólo suenan las tuberías del reloj
en una habitación tan oscura
como un tren de medianoche.
Y es tumbado, mirando al techo,
bajo la espesura del silencio,
cuando le cuentas a tu almohada
que vives encerrado
tras la línea continúa
que separa los contornos de tu vida,
sometido a una especie de cansancio
con el que te abandonas.
Y no sabes cuando empezó el silencio,
el día en el que la vida
te dejó callado,
sólo que era noviembre,
cuando noviembre aún estaba por descubrir,
y te sentías como un sauce perdido
en un bosques de días y noches.
Desde aquellos tiempos de niebla
llevas un otoño estancada por dentro
y de tus pulmones cuelgan hojas
que nunca terminarán de caerse.
Escrito tras leer el libro titulado "Lejos de ellos" de Laurent Mauvignier.
"sometido a una especie de cansancio
ResponderEliminarcon el que te abandonas"
últimamente estaba sintiendo eso
y no sabía como expresarlo, pero ya lo has dicho tú.
Ese cansancio que te deja la vida al final del día.
EliminarDesde aquellos tiempos de niebla
ResponderEliminarllevas un otoño estancada por dentro
y de tus pulmones cuelgan hojas
que nunca terminarán de caerse.
Hay quienes son perennes hojas que nunca pueden caer aunque estén ansiando encontrarse con el humus que hay abajo.
Me ha llegado como un dardo, justo en el centro del otoño de mi entraña.
Un abrazo
Sobre todo aquello que llevamos dentro, pero no supimos, o no fuimos capaces de decir a tiempo.
EliminarHace poco leí que los corazones no se unen por la armonía.Se unen, más bien, herida con herida.
Abrazo.
Me encantan tus escritos muy identificada con ellos.. Paty desde Venezuela..
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