Bájame una estrella en tamaño din a3,
acércame su resplandor.
Quiero que esa luz se vierta en mi cuerpo
para que sus destellos persistan más allá de la música.
Me gustaría que el viento de la palabra
apresase mis bosques
y la naturaleza se quedase inmóvil.
Concédeme por contagio tu inmortalidad,
separa mi conciencia de los abismos del mundo.
Alíviame de este temor al vacío.
Devórame como el mar devora a los acantilados
o lanza una cuerda, súbeme
y rescata mi alma del naufragio.
Quiero encontrarme en ti,
que en un abrir y cerrar de labios
pueda mirar en mis sueños
por si existen perseguidos
y tal vez pueda salvarlos.
Entra en mi corazón,
acaríciame con tu voz.
Voy a lanzarme
por el Niágara detenido de tu boca.
Coge mi mano ahora,
quiero que sepas que
te regalo mi vida
a cambio de un poema.
pero que bonito estás.
ResponderEliminarTe sienta bien el otoño de los versos
y un Peter rejuvenecido
y un principito en cada poema.
Con que poco haces grande este poema.
Besos y sigue así de tierno. Jota
Me gustaría que el viento de la palabra
ResponderEliminarapresase mis bosques
y la naturaleza se quedase inmóvil ....qué bonitas palabras, me encanta, preciosa sensibilidad.
Como siempre un placer leerte
Un abrazo
A mí también me han gustado mucho esas imágenes naturales (además al ser de puerto de mar me llega todo lo que hable de olas y naufragios y acantilados), y sobre todo que la cascada de sentimientos quede recogida, o simbolizada, en algo tan simple y cotidiano como una hoja de Din A3, como si esa estrella del primer verso fuera finalmente el poema con el que se cierra el último.
ResponderEliminar(El comentario lo dejé yo, debía de andar despistado y lo mandé como anónimo...)
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