Vigo. Paraíso de líneas empinadas, gaviotas, puerto pesquero y vino en tazas.Sus luces de espuma blanca rompen en el horizonte. Las pequeñas gotas saladas danzan en el ambiente y los rincones de la piedra dan refugio al musgo y la humedad.Coches vienen y van por serpenteantes carreteras. Tras sus ventanillas, se divisan esqueletos de madera que pronto serán barcos,después las primeras playas.Playa de O Bao.En el horizonte un pedazo de tierra recorta la libertad del mar,un puente conecta la costa con una isla llamada Toralla, una torre de 20 plantas rompe la armonía de la zona.Un caparazón de cemento construido en el feismo de los 70,una verdadera aberración urbanísticas con vistas al paraíso natural de las islas Cíes.
Planta 17. Dos Gin-Tonics de Hendrix con un chorrito de limón reposan sobre una mesa de cristal.Nuestros personajes,entretenidos, miran a través de cristales como las Cíes desdibujadas en el horizonte tienen un efecto misterioso,suena The man I love de Billie Holiday...
Este es el contexto en el que se desencadena una historia llamada Ojos de Agua de Domingo Villar. Parece ser que este best seller gallego ha sido una de las novelas mas vendidas desde que en el 2006 la editorial Galaxia publicara su primera edición.El genero de novela negra ha superado sus clichés de ambientación en ciudades como Madrid, Barcelona, Nueva York etc para encontrar sus localización en ciudades de la periferia.
La templanza de detectives radiofónicos made in galicia ,ambientes cálidos propios de los clubs nocturnos de jazz, el reflejo de la atmósfera de los círculos de la burguesía viguesa, dosis de intriga tejida con inteligencia,investigaciones e hipótesis, son los ingredientes aliñados con sentido del humor que hacen de la novela un reclamo para no dejar de leer y descubrir el final de la trama.
Mankell, Juan Madrid o Montalvan y ahora Domingo Villar dieron y dan vida a este género.
Una novela realmente entretenida.
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