Hay unas cebolletas deshaciéndose en aceite de oliva, también unos tomates recién trozeados junto a un puñado de verduras de muchos colores. Un olor humeante asciende como si fuese música celestial. Una copa de vino mientras espero. Puede que todo esto sea la antesala de los postres. Hay que dejar espacio para los postres. Introduzco mi cara en una tarta de crema pastelera, intento encontrar trozos de fruta en la gelatina de fresa. Vierto los botes de leche condensada ahora que nadie puede espiarme. El caldo de la macedonia está mejor que la propia macedonia. No quiero despertar. Me despierto con gotas de mantequilla resbalando por mi frente...
Quien sabe cual es el motivo, la gastronomía es arte, los sentidos se entremezclan, se complementan, comer es un placer, y yo un enamorado al que puedes conquistar por el estómago.
Tras recordar algunas imágenes de la película "estómago".
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