sábado, 2 de julio de 2011

LA INSPIRACIÓN.


Contigo perfeccioné mis sentidos,
pero a veces no recuerdo tu olor.
Creo que es delicado como el talco
que esconde cierta sensualidad ingenua.
Mientras el chorro de una ducha fresca
recorre las imperfecciones de mi pasado,
la primavera se esfuma por el sumidero.
Un día pensé que tal vez las manchas de canela espolvoreadas en mi cuerpo,
dejarían de reflejarse en los charcos de mi memoria.
Tengo los ojos helados.
Las mariposas de mi estómago volvieron a convertirse en larvas.
Cruzo a diario la autopista en dirección contraria,
y espero llegar al punto de partida.
Ya no se en que lado estoy,
puesto que una fina línea separa el día y la noche.
Soy un suicida envenenado,
que un día buscó naufragar en la isla de tus ojos.
Las cadenas de mi alma
me sujetaron a tu esencia.
Mis versos no son tan profundos
como el océano que nos mantiene separados.
Tu linterna mágica va siempre conmigo,
su mecanismo es mi motor.
En otra vida, en otro viaje nos vimos.
Aún noto ese pequeño cosquilleo si cierro los ojos.
Mi saliva se dispara cuando salgo ahí fuera,
y me cruzo con alguien que se parece a ti.

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