sábado, 19 de noviembre de 2011

La torre de Hanoi-Carlo Frabetti

Habitualmente, sólo reseño los libros que me han gustado. Todavía no sé si "la torre de Hanoi" me ha gustado. Lo que realmente sé es que ha burlado mis expectativas, engañándome durante bastante páginas, hasta que me he dado cuenta que realmente se trata de un libro experimental.

Al principio, concibes el libro bajo la etiqueta de los libros de misterios. Es decir, una integra a resolver, algún personaje misterioso, otro con capacidad intelectual extraordinaria al estilo Dan Brown, un escritor que utiliza la historia para su novela.

Acostumbrado a los procesos lógicos de esta clase de libros, esperando ese giro inesperado que no llegaba a producirse, la historia no expresaba demasiado. Entonces ocurre, y los ingredientes de la novela de misterio se ven trucados, se produce una manipulación invisible extraña, ajena a los procesos lógicos que nuestro cerebro selecciona para luego jerarquizar, y así tomar la decisión acerca de que información corresponde almacenar.

De repente te das cuenta de que realmente el libro cuestiona al lector, a su manera de leer. El argumento es sólo una escusa sin importancia para criticar nuestra aproximación a la lectura, lo que también puede extrapolarse a la vida, a lo previsible de nuestros modelos de conducta.

Una conjunción entre ciencia y literatura, un rompecabezas matemático llamado "La torre de hanoi" como hilo conductor, igual  que la serie de Fibonacci en el Codigo da Vinci.  La apertura de la cuarta dimensión en nuestras mentes para descubrir la cara oculta en la relación autor-lector, son algunos de los secretos fundamentales de este libro que recoge ingredientes de otros libros suyos, escritos por un matemático enamorado de la literatura o un escritor enamorado de las matemáticas...

" Durante unos minutos permanecí inmóvil en el sillón, incapaz de reaccionar, sobrecogido. El escritor no estaba incorporando mis aventuras( o desventuras, mas bien) a un libro en gestación: el libro ya había sido escrito y publicado, y era yo quien estaba adaptando mi propia vida a una trama preexistente. Todo( o casi todo) había sido un montaje; además que requería la complicidad de todas( o casi todas) las personas implicadas. Era la única explicación posible que en vez de aclarar, oscurecía aún mas mi atropellada historia". 



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