sábado, 28 de julio de 2012

El origen del mundo-Pierre Michon


Tiene 20 años. Su primer trabajo le lleva a Castelnau, una pequeña población francesa en el interior de Dordoña.

(..) LLegué de noche, no poco atontado, en pleno galope de unas lluvias de septiembre encabritadas contra los faros, entre el golpeteo de los limpiaparabrisas de buen tamaño; no vi nada del pueblo, la lluvia era negra.

Castelnau representa la manera antigua del origen del mundo, de los universos separados: hombres y mujeres. Un mundo arcaico de pescadores turbios, de habla ruda, dialecto torpe de barqueros al filo del agua. Entonces apareceYvonne.

(..) Mi deseo se llamaba Yvonne y vendía Marlboro.

Una fantasía sexual, una belleza deslumbrante, un deseo ardiente que el autor nos trasmite magistralmente. La lujuria contada con precisión, expresada de una forma absolutamente poética.

(..) No creo en las bellezas que se van revelando poco a poco, a poco que nos las inventemos. Ésta me puso al instante pensamientos abominables en la sangre. Era alta y blanca, era leche. Era algo amplio y copioso como las huríes en las Alturas; si los animales tienen algo que no desmiente sus cuerpos, era un animal; si las reinas tiene una forma propia de llevar erguida en la columna del cuello una cabeza plena pero pura, clemente pero fatal, era la reina. Aquel rostro regio iba desnudo como un vientre; y, en él, esos ojos muy claros que tienen, milagrosamente, las morenas de piel blanca, esa índole secreta bajo el pelo de ala de cuervo, ese enigma que nada, si por azar posees a esas mujeres, ni los vestidos remangados, ni los gritos, resuelve. Todo en ella era conocimiento de placer, solo con apoyar las yemas de los dedos, volviendo la cabeza, y entonces los discos de oro que llevaba en las orejas le tocaban las mejillas, mientras te miraba o miraba hacia otro lado, y aquel placer era agudo como una herida.

Magistral: pura sensualidad y delicadeza, alta literatura, poesía en estado puro.

El erotismo es una fantasía. La belleza teñida de verano, uñas pintadas de amor, expresión mínima de jeans desilachados, kilómetros de piel y miradas que viajan, alejándose del autocontrol hacia el deseo: el origen del mundo.

Hendrik Röver-No temáis por mí

(...)Tomaré un trago más de este recio café. Cuando se apague la hoguera me voy. La silla y las bridas se quedan ahí, poca falta te hará desde hoy. Este viejo país me ha gastado y estoy muy cansado, quisiera parar. Estaciones me sobran, dejé de contar, en mis huesos ya hay muescas de más...

Hemos atravesado tormentas de hielo, un tornado en el llano de abril. Y cada vez que pensamos, abandonar, algo nos empuja a seguir. Este viejo país me ha gastado y estoy muy cansado, quisiera parar. Aventuras me sobran, dejé de contar. En mis huesos ya muescas de más...

Matamos, también. Cada bala un porqué, pero nunca por venganza o placer. Fallamos un par y apretamos los dientes cuando también nos tocó. Cada día es peor, lo que cuesta seguir, conseguir que te dejen en paz. Nos vamos despacio, borrando las huellas. Agota la cuerda el reloj. Este viejo país me ha gastado y estoy muy cansado y voy a parar.

Recuerdos me sobran, dejé de contar. En mis huesos ya hay muescas de más. Este viejo país me ha gastado y ahora en mi última puesta de sol. Me gusta pensar que la última muesca en mis huesos el viento la hará...

Adiós.

* Una voz deltónica, muchos km en la carretera, las cuerdas de una guitarra y 12 historias cortas. Uno de mis discos del verano.

martes, 24 de julio de 2012

The Soap Show


Tras varias semanas de exilio, vuelvo a Madrid, y para amortiguar el calor abrasador que con la brazos bien abiertos me recibe, un alma cargada de empatía deja en mi casa unas refrescantes entradas de The Soap Show.

Circo, opera acuática, cabaret, teatro, acrobacias, equilibrios, malabares, cuerpos perfectos(veteranos del circo del sol) dotados de sensulidad. Un desfile de artistas que convierte a las bañeras en un refrescante escenario.

Correas aéreas  bajo la lluvia, sentido del humor, coreografías pasadas por agua. Un espectáculo sexy, impresionante fisicamente, todo un derroche de energía.

Me fascina este mundo casi mágico del dominio de la mente y  del cuerpo que nos transporta a un infinito arriesgado, bajo la luz de los focos.

¡¡Aplausos!! ¡ha llegado la hora del baño !

lunes, 9 de julio de 2012

Días de mar y rosas.


Un desordenado paisaje, igual que una mesa de domingo sin recoger, viste las aceras del mar. Las sombrillas apuñalan la arena, clavando el instantecomo los puntos y comas detienen los segundos del tiempo derramado. Luces y sombras. Ansias de mar sobre las cicatrices, y mutar la piel a otra piel menos herida. Toallas de colores, botellas sin mensaje. Una chancleta perdida frente a las duchas, en aquel olvido pasajero de las horas sencillas. Territorio de sueños y despertares salados, de cielos despejados y tormentas lejanas, de libros sin prisas, de jardines para trajes de baño, de horizontes que esperan con urgencia tu mirada. 

Más tarde, la playa se desnuda, y la operación retorno comienza con una procesión  de cuerpos tatuados de sol. El viento fresco se levanta, los niños empapados de mar suplican quedarse en la orilla. Un barco ardiendo se hunde en un sueño y navega en otro. El sol se despide, trazando la linea rojiza que nos une, y la noche se repite, encendida, sonriendo a quien la mira.

domingo, 8 de julio de 2012

Diario íntimo de un marinero en tierra

Viajé por la madrugada olvidadiza, la borrosa gravedad del parabrisas se llevó a un lado las preocupaciones. Abandoné los barrios con ojeras, llenos de perros domesticados, buscando entre la vida algún despojo de felicidad. En las carreteras cubiertas de frenazos, y semáforos con los que terminan los besos, comenzaron a brotar las aloe vera. El pasado es una foto velada por la lluvia. Cada tiempo necesita un paisaje y la nostalgia no tiene domicilio.

Los días caídos del calendario se hunden en un sueño navegable. Una casa de mar con las paredes de carmín olvidado, un reloj solitario,  un paseo sin aceras. Aterdeceres de sandía y salitre. El  mediterráneo entre mis dedos. Un libro de poemas lento detenido en la escena del beso. La luminosa puesta de los recuerdos dibujando en el horizonte la línea recta de la distancia.

El dolor retenido en la ansiedad de las teclas. El  cansancio descansando en las hamacas, al lado de los cisnes metálicos dormidos en el puerto. Los relojes rotos cuando los atardeceres me miran con tus ojos. Y me hago el dormido, sabiendo que nadie, jamás ha conseguido mirarme como tu lo has hecho.

Por la noche desaparezco entre los bares abiertos como las heridas, caminando entre depredadores que se repliegan en su instinto de ausencia, buscando cuerpos que acariciar sin preguntas, hasta que la confusa lucidez del alba nos encuentra con el alma un poco más vacía.

Y los días se alejan, sin prisas, igual que este barco deja el mar a sus espaldas.

*foto de Mr Chenko

06. El barco by Coque Malla on Grooveshark