Un desordenado paisaje, igual que una mesa de domingo sin recoger, viste las aceras del mar. Las sombrillas apuñalan la arena, clavando el instante, como los puntos y comas detienen los segundos del tiempo derramado. Luces y sombras. Ansias de mar sobre las cicatrices, y mutar la piel a otra piel menos herida. Toallas de colores, botellas sin mensaje. Una chancleta perdida frente a las duchas, en aquel olvido pasajero de las horas sencillas. Territorio de sueños y despertares salados, de cielos despejados y tormentas lejanas, de libros sin prisas, de jardines para trajes de baño, de horizontes que esperan con urgencia tu mirada.
Más tarde, la playa se desnuda, y la operación retorno comienza con una procesión de cuerpos tatuados de sol. El viento fresco se levanta, los niños empapados de mar suplican quedarse en la orilla. Un barco ardiendo se hunde en un sueño y navega en otro. El sol se despide, trazando la linea rojiza que nos une, y la noche se repite, encendida, sonriendo a quien la mira.
Gracias por tu reconocimiento Patapalo, este mundo es complicado, hay millones de blogs que deberían tener un mayor reconocimiento pero no lo tienen, así que cuando a uno le reconocen algo, siempre alegra. Tengo que decir que la Botella, ya no es lo que era, pero bueno, sigo escribiendo de vez en cuando.
ResponderEliminarÁnimo con tus letras y textos, me gusta este texto, sigue así! ;)
Un saludo!
Muchas gracias por este mensaje recién descorchado que la marea ha traído hasta mi playa.
ResponderEliminarPara mi eres un poeta.
No importa el reconocimiento, escribir es una forma de canalizar todo lo que llevas dentro.
Saludos.