Duró un instante, esa unidad de medida que define la circunstancia, cuando el reloj se para, cuando se detiene el tráfico sobre el asfalto sediento, cuando los que caminan por las calles, con la mirada en fuga y el destino en la mandíbula, desaparecen; fue en ese instante cuando se paró la escena, el poema, la furia, el verso, el grito, la palabra; fue en ese instante cuando se apagó la luz de afuera, cuando se encendió el mar, cuando se abrieron las ventanas, y cerramos los ojos para no cerrarlos; fue en ese instante cuando el aire quedó suspendido, cuando nacieron los almendros, cuando encerramos la vida entre nosotros, prolongando la despedida labio contra labio, alma contra alma para sentir el jardín botánico en el paladar, y un rumor de tormenta en la garganta, y la necesidad de recorrer tu piel, centímetro a centímetro, porque besarte fue la forma más rápida que tuve de llegar a casa.
para sentir el jardín botánico en el paladar, y un rumor de tormenta en la garganta,
inmensa esta imagen.
Los instantes que detienen el tiempo son lo que nos llevaremos bajo tierra, aquellos que más vivos nos hacen sentir, le diste otra vuelta de tuerca a stos tornillos estrellados.
para sentir el jardín botánico en el paladar, y un rumor de tormenta en la garganta,
ResponderEliminarinmensa esta imagen.
Los instantes que detienen el tiempo son lo que nos llevaremos bajo tierra, aquellos que más vivos nos hacen sentir, le diste otra vuelta de tuerca a stos tornillos estrellados.
besos marinero
A veces ese instante se podría resumir en un poema, y otras veces necesitaríamos una vida entera para comprenderlo.
ResponderEliminarMe encantó.
Cuídate mucho.
Sandra y Ladrón:
ResponderEliminarQue el instante se quede en nuestros domicilios a pasar la noche y la vida...