domingo, 2 de marzo de 2014

Puesto que él es este silencio -Jacques Ancet


Las cosas se cierran. El cielo llena el vacío por el que se mueve la memoria. Su luz difumina las formas. Callamos, buscamos en el silencio la voz y la risa. Sólo se oye el aire acribillado de pájaros.

PODRÍAMOS TERMINAR AQUÍ (es lo que dice la voz). Que siempre sería la misma primavera, pero más frondosa, más profusa -con caídas de cielo y hojas, un atisbo de corteza, gotas de color, una luz súbita aparecida entre dos palabras, un viento ligero que se ve, allá, entre hierbas y montaña. Nos decimos que nunca acabaremos de enumerar las cosas, de perdernos en el estupor de cada instante, de permanecer ahí, al borde de nada, con ese casi aullido ronco de un pájaro invisible. Con todo lo que hemos perdido y ganado a la vez. Nos decimos que entonces tal vez podríamos reunirnos con él, tener sus palabras en la boca y pasar con él de vida en vida, de mundo en mundo.

9 de abril-26 de Mayo de 2009

Jacques Ancet

 La palabra. El dolor. El aliento palpitando. Las pequeñas heridas que parpadean en el papel, el inconsciente murmullo de la lágrima resbalando en la noche. Se libera la brisa para jugar con las cortinas de la mente, tan cerca y tan lejos, persiguiendo la suave quemadura detrás de la tinta, como una breve espuma, como una imagen tras el vapor, se siente pero no se escucha. Así es el olvido.

(Mi humilde homenaje). 

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