Igual que un naufragio en los pasos de una tormenta.
Igual que el vapor en el espejo y el humo en el incendio.
Igual que el papel en blanco, la metáfora imposible, el poema que no comprende
al que lo escribe.
El mismo que no pudo detenerse con las manos vacías
y corrió en dirección contraria a las respuestas
sin saber en que parte del viaje se encontraba.
El mismo que huyó en un tren de medianoche
para descubrir que el silencio
es igual en todas las ciudades.
Como la camilla y la anestesia,
como el mercurio y la fiebre,
como el delirio y la memoria.
Como el mal de alturas sin montaña
y la nieve que se derrite sin ser pisada,
como el hielo sumergido del iceberg.
Igual que un dique, el rompeolas, la noche.
Como un letrero en llamas
donde arde la palabra adiós.
Así fui para ti.
trenes sin cercanía. Metros y metros de vagones sin pasajeros. Miedos que se guardan para nunca mostrarse...
ResponderEliminarhuir huir huir en busca de qué
huir sin saber porqué
sin darnos tiempo
o sin querer comprenderlo....
es precioso.
tus metáforas son palpables y se rozan con las nubes
besos
Que huya todo menos la palabra.
EliminarGracias como siempre, un placer que te rocen mis metáforas.
Abrazos.
No importa la huida ni hacia donde ni la ciudad...... el silencio es igual en todas partes , el pasado siempre vuelve y el futuro no existe..
ResponderEliminarSe siente cada palabra ...Precioso .
El pasado es historia. Y la historia puede olvidarse pero nunca cambiarse.
EliminarAbrazo.
Hay tantos recuerdos, tantas vivencias, tantas impresiones casi palpables en común que dejan un peso en la memoria, y sin embargo pasado el tiempo no son más que eso, recuerdos, impresiones, memoria…
ResponderEliminar(Me ha gustado mucho la contundencia casi lógica, o necesaria, que tiene el poema al final, esos cuatros versos que lo cierran de forma tan rotunda y a la vez tan sentida.)
Leí que los recuerdos son un defecto del olvido. Supongo que el tiempo distorsiona la percepción de nuestras vivencias.
ResponderEliminarMe alegro mucho que te haya gustado. Seguro que Chet Baker funcionaría muy bien en tus relatos.
Abrazos.
Adecentas el camino que recorre mi mirada; abres la puerta de mi curiosidad y atraviesas con fervor cada instante de mi lectura. Te leo y me leo. Paisajes y mapas. Travesías y viajes. Direcciones contrarias. Y todo ello en común. Al igual que el afecto, afectada me dejas por un bien de altura de quien tocó el cielo con tu dichoso poema. Dichosa yo, entre todas las mujeres. Gracias patapalo. Gracias. @laorangeshop
ResponderEliminarGracias por la delicadeza de tus palabras.
EliminarMe alegra llevar al límite
mis palabras y cruzar tus fronteras
para encontrarnos
en el mismo reloj
y a la misma hora.