Móstoles.Parque Liana.Primer día de ejercicio físico tras mi convalecencia con mi amiga la muleta.Cual asesesino en serie,vuelvo al lugar del crimen,es decir,al lugar dónde se originó mi lesión.Me emociono antes de empezar,y sobre todo al terminar cuando compruebo que no hay resentimiento físico,sólo psicológico.Cada zancada en mi torpe carrera despierta millones de glóbulos rojos dormidos.También hace fluir,a ritmo acompasado,cantidad de ideas y pensamientos.
De repente,me siento bien,y hago una digresión ,pensando en otros lugares que provocan esa sensación de placer mental.Ahora me encuentro en "La Casa Encendida",es un viernes por la tarde,subo directamente a la terraza.Me apetece asomarme al balcón y ver Madrid desde cinco o seis alturas,sentarme en un neumático y desconectar de una semana de trabajo en la que el estrés sobrepasa los niveles adecuados,siendo necesario canalizar tu energía para equilibrar esos niveles,pero un cartel me indica que la terraza está cerrada,así que subo al primer piso y abro una pesada puerta de cristal que me introduce en un mundo surrealista creado por un Suizo del que nada conocía,ni había oído hablar llamado Thomas Hirschhorm,que para nada me deja indiferente.
Prueba de ello,las palabras de Hirschhorn:
"I do not want to invite or oblige viewers to become interactive with what I do; I do not want to activate the public. I want to give of myself to such a degree that viewers confronted with the work can take part and become involved, but not as actors."
En cuanto entro,maniquís de mujeres desnudas agujereadas,mezcladas con fotos de cuerpos mutilados,en su frente palabras como paz y esperanza,también pequeños personajes de comic manga,herramientas domésticas,libros de filosofía.Es un mundo real e irraeal al mismo tiempo, tengo la sensación de introducirme en cuerpo y mente en un cuadro de Dalí.
Me ocurrió exactamente lo que dice Hirschhorm,mentalmente buscaba una explicación para lo que veía, pero realmente no quería sentirme identificado con todo aquello.Por momentos me sentí intimidado,por momentos me sentí asustados,por momentos me sentí atraído.Creo que Hirschhorm tenía clara la reacción que quería conseguir.Principalmente quiere conseguir irrumpir en nuestra tranquilidad y cuestionar nuestra aparente armonía,su obra nos envuelve,incómodos,movemos los ojos sin cesar.
Como el título indica,la obra es una fuerza que crece hacia dentro.Todo ésto para hablarnos de las cuestiones que le preocupan(política,filosofía,estética,amor..).es un “comentario sobre el mundo en el que vivimos, complejo, caótico, cruel, pero a la vez hermoso y espléndido”, según el propio artista indica.
Me gustó la sensación que provocan las instalaciones,me gustó la idea de los maniquís y las vitrinas.Para Hirschhorn, una vitrina es ya un espacio público en sí mismo, pues es un sitio cerrado en el que se expone algo a un hipotético público.
Aún hay tiempo(hasta el 5 de enero) para adentrarse en los escaparates y sentirse incómodos y atraídos a la vez.
http://www.youtube.com/watch?v=mhCiuFpMnGU
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