viernes, 25 de marzo de 2011

La dulce envenenadora-Arto Paasilinna


En ese listado de libros de literatura escandinava que la biblioteca municipal puso en su día a disposición de los lectores inquietos por lo exótico, y que tan bien funcionó, se encontraba el nombre de Arto Paasilinna: Un autor especialista en contar historias desconcertantes con un punto cómico.


Dicen que una de las novelas de este finlandés titulada "Delicioso suicidio en grupo" (volviendo al suicidio en este blog) fue un boom en su país y que, incluso a raíz de la misma, bajó increíblemente el índice de suicidios el año de su publicación.


La dulce envenenadora es la historia de la viuda jubilada de un militar que ve interrumpida su paz por una banda de jóvenes malhechores encabezada por su sobrino. Mensualmente le visitan coincidiendo con el día de cobro de la pensión y, para celebrar evento de tal magnitud, suelen organizar en casa de la anciana un festín destructivo propio de los tipos mas despiadados. La situación se agrava el día en el que éstos se pasan de la raya y obligan bajo coacción a la anciana a firmar un testamento en favor de su sobrino.


La historia comienza tras la fuga de la anciana de su propia casa y las ansias de venganza de estos tipos gamberros, perversos, degenerados, destructivos, políticamente incorrectos, vulgares y sin escrúpulos cuya tarjeta de presentación es el robo, la violencia en todas sus dimensiones, incluyendo la torturas a los animales, las drogas y el alcohol.


La crudeza del libro se ve dulcificada por un marcado tono de humor rocambolesco que suaviza bastante la trama. La historia está envuelta de situaciones absurdas, esperpénticas, provocando un giro irremediable que convierten a los verdugos en víctimas de una anciana teóricamente indefensa. Si llevásemos el libro al cine sería una mezcla de La naranja mecánica o The game con algo por ejemplo de Kustirika, tipo Gato Negro, Gato Blanco.


Ligeras sensaciones de angustia, enredos, equívocos y farsa, malas pasadas de la casualidad, planes maléficos que nunca dan resultado por lo grotesco de las circunstancias en las que se ven envueltos. El destino favorece a la anciana que busca el suicidio para huir de las garras de sus esbirros, camina armada y siempre preparada con un jeringilla letal .


Una caricatura de la sociedad finlandesa dibujada por una imaginación desbordante, aunque a veces un poco Naif. El libro toca temas tales como los males de la sociedad: el alcohol y las drogas o el sida, la desidia de la instituciones policiales, los choques generacionales o la vejez.


Un relato bastante ligero y sencillo pero contundente, bien planificado, que se lee con total fluidez. Brutal en algunas fases, de carcajada en otras, el humor negro y gélido de las tierras del norte entretiene. Un autor a tener en cuenta, un libro apto para pasar un buen rato.

"En el viaje de regreso, por pura diversión y en nombre de la ecología, la emprendieron con un destripaperrones madrugador que estaba fumigando sus sembrados con un pesticida venenos. Sacaron a rastras al viejo del tractor y le zurraron hasta que quedó inconsciente en el suelo. Pero ahí no acabó la expedición. Al llegar al pueblo vecino no se les ocurrió otra cosa que colarse en una granja porcina, donde se extasiaron contemplando a los encantadores cerditos, se echaron al hombro un gurriato de dos o tres meses, al que metieron en el portaequipajes del coche.

Con el aterrorizado lechoncillo gritando en la oscuridad del maletero, el coche enfiló a todo gas la carretera. Jari Fargerström se puso en plan as del volante improvisando un rally por los serpenteantes caminos de grava y, como era de esperar, el embriagado conductor acabó perdiendo el control del coche. El vehículo se sumergió en el bosque, llevánsose por delante una docena de abedules jóvenes, para acabar volcado y ruedas arriba. Por un momento sólo se oyó el tintineo de los cristales rotos y los chillidos del gurriato".

martes, 22 de marzo de 2011

MicroRrelatO.


Tal vez esté de moda teniendo en cuenta el trepidante ritmo de vida. El microrrelato florece por todas partes, todos nos creemos capaces pero no es fácil, porque dar el golpe de gracia en menos de 99 palabras, tener el temple suficiente, conseguir el matiz, el efecto, la intensidad, dejar ese regusto agradable, construir algo con cierto interés....y que arranque sentimientos....eso es cosa de los grandes.

Soy consciente de que nunca dejó de ser grande, pero su literatura, pasando por los árboles genealógicos complicados, los amores eternos y las predicciones de muerte, en definitiva el realismo mágico, provocaron tal empacho que ahora sólo le degusto en pequeñas dosis.

"El drama del desencanto se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca a la escalera común, de modo que en el momento de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida".

(Gabriel García Márquez, "Sin título", en Dos veces cuento: Antología de microrrelatos).

jueves, 17 de marzo de 2011

Yoko Ogawa-Perfume de hielo


"58,37,400,1692,903 ....Sus respuestas sólo eran cifras.Pero en el momento que él murmuraba aquello me gustaba más que ningún otro"


Yoko Ogawa. Dicen es una de las escritoras mas populares de Japón. Su nombre estaba escondido en alguna hoja de lecturas desaparecida de mi lista de libros pendientes de leer, pero por fin se me presentó el momento esperado.Mientras mis dedos rozan la cubierta me doy cuenta de que el libro tiene un formato arriesgado. La editorial funambulista habla de sí mísma:


"Quizá el vértigo no sea el problema, sino la solución a la condición humana; fijémonos en el funambulista, que en palabras de Roger Caillois , sólo logra el objetivo confiando en el vértigo y no intentando resistirse a él."


Tienes todos los tópicos de la literatura Japonesa actual, empezando por esa obsesión imprescindible que tienen todos los escritores japoneses con la muerte, principalmente por el suicidio, teniendo en cuenta que hablamos del país que cuenta con el índice mundial mas alto de suicidas.

Este viaje literario, fresco, fácil, adornado con la sensibilidad poética que transmite lo sencillo, comienza, como no podía ser de otra manera, con la inesperada muerte(suicidio) de un tipo misterioso, introvertido, hermético, de pocas palabras, de profesión perfumista, su nariz, es su expresión, su tacto. Su novia, tras un año de convivenvia, descubre que la persona que ha fallecido es un absoluto desconocido....


Buscando pistas, como el mejor de los detectives, Ryoko, realiza un viaje al pasado cuyo destino es la respuesta a los porqués de este suicidio. A través de datos aislados e inconexos va despejando paulatinamente la incertidumbre que lo come por dentro.


Recuerdos propios y ajenos, búsquedas, hipótesis, la exploración de lo desconocido en busca de una personalidad misteriosa, de una realidad peligrosa descubierta cuando ya nada tiene remedio. El libro es una especie de thriller sentimental, un dibujo sencillo, como hecho a mano, con trazos delicados, fruto de esa sensibilidad especial propia de la literatura japonesa.

"La nariz de Hiroyuki era hermosa. Tenía una forma adecuada para su maravilloso funcionamiento.
No sólo era fina.También estaba bien proporcionada y resultaba elegante. El hueso se elevaba recto, la piel era suave y, dependiendo de la densidad de la luz, proyectaba una sombra expresiva a ambos lados del rostro.
Me gustaba contemplar su nariz en la cama. Cuando le ponía la mano encima de la clavícula, al levantar la mirada mientras le tocaba la punta del hombro con los labios, aquel era el ángulo que mas me fascinaba."

Dicen que este libro forma parte de la etapa de madurez de la escritora, me fascina esa capacidad para darle intensidad a los aspectos cotidianos, me cautiva la belleza de ese ligero y sutil tono amargo con el que está contada la historia. Realmente el libro es como un perfume, una sensación, un efecto que producen los sentidos creando en la mente una imagen mental que atrapa al lector.

La protagonista , que amó sin conocer, descubre toda una vida marcada por la búsqueda de la perfección, por la necesidad de resolver, por el valor estético de la clasificación y la estructura.

Las formulas que él escribía eran muy hermosas.Ya fueran teoremas completos o signos simples, al poco de ser trazados por sus dedos empezaban a resultar sugerentes, como si cada pulsación en el piano se convirtiera en una sonata, o cada movimiento del cuerpo de una bailarina en un cisne. Entre estar a su lado y contemplar sus fórmulas matemáticas para mi no había ninguna diferencia.

La investigación va avanzando, la desidia de los personajes cercanos envueltos en la vorágine, dan por contraste una carga de intensidad a la historia, el fin de la búsqueda, la solución a todas las preguntas se halla lejos de las fronteras de Japón, allí donde hace años se produjo un concursos de matemáticas. Los incidentes mágicos,otro de los tópicos de la literatura japonesa actual, que en esa ciudad se producen recuerdan a lo mejor de Murakami, o a unos de mis libros preferidos de Yoshimoto Banana titulado "Sueño profundo".

Las pistas dibujan el mapa de la personalidad de Hiroyuki, y la protagonista encuentra respuesta a los porqués, todo encaja a la perfección, sus recuerdos se adecuan con exactitud matemática a las circunstancias, y sobre todo, no dejan al lector defraudado...Tras una reflexión de tal vez un día o dos, como si se tratase de un perfume una vez ligeramente se evapora y se suaviza su fuerza, el libro acaba gustándame más que justo después de terminarlo .



sábado, 12 de marzo de 2011

El espía.


-Pasadme el balón, venga pasádmelo!!, ESTOY SOLO!!!

No se cuando empezó todo pero un día descubrí que mi imagen no se reflejaba en los espejos. Al principio no podía creerlo, intenté cambiar de espejo, usar uno distinto, abrillantarlo, me frotaba los ojos hasta hacerme daño. Pronto ese reflejo borroso no se parecía a nada, a nadie que hubiese conocido, sólo era un garabato, un borrón en blanco y negro. Entonces decidí prestar atención, algo parecido a observar a través de la cerradura, algo parecido a usar la conciencia, retener la memoria para intentar recomponer un puzzle con piezas que no encajaban. No entendía mi mecánica.Persiguiendo el presente olvidaba el pasado y cuando caminaba, al cambiar la vista de posición todo carecía de sentido, como una secuencia con planos inconexos, sin continuidad. Cuando entraba en una cafetería los camareros no me veían, en el trabajo no recordaban mi nombre, sólo un número, era el 29-697. Recuerdo un día desesperado en el que intenté gritar y nadie podía escuchar mi voz, como cuando te despiertas de una pesadilla en la que te fallan las fuerzas y la garganta no responde.

Soy un ente irracional, impersonal, no tengo recuerdos ni cicatrices, los coches me atropellan y la lluvia no me acaricia, pero la luz pierde intensidad cuando me atraviesa, se suaviza su fuerza, quizá ésa es la prueba de que sigo ahí. Busco mi sombra en las calles estrechas pera recordarme a mi mismo, para imaginar, tal vez, quién un día pude ser, entonces me muerdo los dedos pero no siento nada.

A veces, cuando corro desesperado buscando el eco de mis pasos en el silencio de la noche, mientras casi todos duermes, algo me resulta familiar, me sobrecoge, la vida ha pasado a ser un deja vu, un futuro lejano en el que algún día viví. Entonces, sin buscarlo creo que me acerco a la respuesta. Miro un aparato en el escaparate de una tienda de electrodomésticos, una máquina de transmisión de movimientos y sonido, un receptor, ondas de radio, visión en la distancia espacio-tiempo, es un caleidoscopio de fotogramas con definición propia lo que me transporta a la digresión, estoy seguro que facilitará la investigación.

Creo que se llamaba Google y era funcionario del ayuntamiento, decido preguntarle si sabe algo sobre mi, sin confirmarlo me remite directamente a la ventanilla de asuntos sociales, al área de empadronamiento, concretamente me remite al Señor Facebook o Twitter en su defecto...

Salgo enfurecido del ayuntamiento, nadie sabe nada...He desaparecido y no encuentro el rastro. Sé que estoy cerca. Se que voy a conseguirlo y esta vez mis objetivos no quedarán inconclusos como siempre ha ocurrido.....Entonces cuando mas desesperado estoy... La casualidad, el destino, la memoria, o estos prismáticos que funcionan invertidos, ¡qué se yo que puede ser!, tal vez la unión de todos los factores, me acercan a la solución...

Lo que ocurre es que vivía en una película sin argumento, interpretando un papel cumplía sin excepción las órdenes del director, ése que mueve los hilos. Por éso todo es desconocido, porque no hay referente, porque ya no me parezco a nada, o por lo menos a todo el mundo, y cuando alguien no se parece a todo el mundo desparece, he aquí la extrañeza, porque cada segundo cambia las cosas, porque llegado a este punto la locomotora del tiempo ha acelerado demasiado, por lo menos demasiado para la velocidad de las piernas de mi memoria. Ya todo escapa al conocimiento, ya no hay persecución posible.

martes, 8 de marzo de 2011

Valientes en el apocalipsis


Roza con sus dedos el monitor y se produce una ligera corriente eléctrica. El cursor parpadea lento amenazando con dejar de latir. Tiene miedo. Miedo a morir con el cuchillo del pensamiento clavado por la espalda, miedo a desangrarse en la frontera de las ideas con el pasaporte calcinado, miedo a caerse por una escalera de recuerdos llena de olvidos, a despertarse del sueño y no poder cerrar jamás los ojos, a ser condenado por el juez de la conciencia. Su alma es un desierto donde se fabrican relojes de arena, cronómetros de un tiempo que le mata de sed. Su lengua insípida acaricia su aliento reseco. Hay escombros en sus bolsillos. Puede que a estas horas, las obras de reconstrucción de su vida se derrumben.


Después del incendio sólo quedaron hombres arrugados que arrastran los pies. Solitarios que se pasaron la vida comprando mas abrigos de los que necesitaban. Con el cuentakilómetros averiado buscan el único embalse donde casi no queda agua potable.

Pasaron las días, atrás quedaron las estaciones y desaparecieron las palabras escritas en los libros de ceniza. Es de noche, y siente miedo a los gritos del silencio. Hay charcos de sangre porque ya no quede lluvia. Desatendió la potencia y ahora sin fuerzas, en este mundo de mariposas sin alas, ha perdido la guerra sin ni siquiera participar en ella.


Ya nada importa, no hay heridos ni heridas que lamer, sólo vivos y muertos en la ciudad sin gatos, ni siquiera la supervivencia tiene importancia....Ni siquiera la inspiración.

jueves, 3 de marzo de 2011

Correr-Jean Echenoz



Un secreto.Este blog nació a consecuencia de una lesión deportiva, me mantuvo en casa por un tiempo y decidí empezar esta aventura virtual tan reconfortante a veces. Por eso, un sentimiento absoluto de afinidad y una relación de sentimentalidad con la historia me atrapan en la lectura de este libro.

"Sigue entrenando todo el otoño, todo el invierno, y no sólo en el estadio. En la calle, en las carreteras, en el bosque, en el campo, por todas partes hasta el punto de causarse lesiones y haga el tiempo que haga, corre no tanto como un hombre cuanto como uno de esos animales mas dotados que nosotros para tal menester."

Le llamaban la locomotora humana, Emil Zátopek no tuvo rival en los 50, dicen que su forma de correr era desmañada, absolutamente rudimentaria provocando burlas de los que le consideraban un lunático, condenado de por vida con el don de la insensatez, tenía un desprecio absoluto por su físico desgarbado que torturaba a base de ejercicios con el fin de conocer sus límites. Su cuerpo absolutamente contorsionado, sus brazos boxeando contra su sombra, su cuello a punto de dislocarse y el rictus de su rostro una mueca terrorífica y diabólica. Frente a la elegancia predominante en los atletas de la época iba desaliñado, con la camiseta hecha jirones. Corriendo con ese estilo extraño pero efectivo, acelera sin parar, cuando cruza la meta en solitario provoca el rugido de las masas.

Cuando no corre, sonríe, amable, dócil y verdadaderamente ingenuo, fue un héroe en la Checolosvaquia mas comunista y represiva, el ejercito hizo de él un escaparate del socialismo, fue ejemplo y rehén de un régimen totalitario del que no pudo huir corriendo. A base de ascensos el ejercito controlaba su vida.

Echenoz, escritor parisino desconocido hasta este momento , no inventa, se siente atraído por personajes reales , aún siendo fiel a la verdad se concede ciertos límites de libertad y va mas allá de una biografía.

La novela está muy por encima de la biografía de Zátopek, es una critica a la represión, a la indecencia del poder, el reflejo de la soledad, el régimen como cárcel y refugio a la vez, la superación personal, la contradicción, el esfuerzo, la inocencia de un tipo ingenuo que se deja llevar por lo que le dictan mientras corre para escapar, tal vez de sí mismo.Un homenaje a la belleza del deporte o una crítica al olimpismo de la época.

"Todos los deportistas coinciden con encontrar estos juegos birriosos: organización precaria, comida mediocre, equipamientos defectuosos, pistas irregulares. La grifería resuella, la calefacción caprichosa, las camas chirriantes resultan ser demasiado cortas, lo mismo que la piscina que no cumple las normas, pues la faltan ocho milímetros para ser olímpica de verdad."


Irónica,limpia, la novela no pierde intensidad en ningún momento,acelera y frena cuando corresponde. Finalmente todo deportista tiene un proceso degenerativo, mantenerse en la élite es algo muy duro, es el ciclo de la vida, son las normas de la naturaleza, rabia y tristeza, debilidad, sentimientos contradictorios..Tal vez esta sea la parta mas desgarradora del libro, la lucha consigo mismo por mantenerse.

"El mecanismo falla primero en los detalles, una rodilla que afloja un poco a la izquierda, una punzada en el hombro, un inicio de calambre en la pantorrilla derecha, y rápidamente se cruzan los dolores y los problemas, se conectan en una red hasta que todo el cuerpo se descompone. Aunque intenta seguir corriendo no cesa de perder terreno y sólo ofrece ya el espectáculo de una zancada rota, mal escuadrada, inconexa, pasa a ser un autómata lívido y desarticulado, cuyos ojos se hunden y se orlan de surcos, sin aliento se detiene frente a una de las mesas, vuelve a salir como un títere desarticulado, su mirada se ha extraviado, su sistema nervioso le ha abandonado, derrotado cae de rodillas, hunde la cabeza en la hierba, aguanta en esa postura durante varios minutos mientras llora y vomita, se acabó, se acabó todo....."

Levántante del sillón y corre a por este libro.Absolutamente recomendable y saludable.