Tal vez esté de moda teniendo en cuenta el trepidante ritmo de vida. El microrrelato florece por todas partes, todos nos creemos capaces pero no es fácil, porque dar el golpe de gracia en menos de 99 palabras, tener el temple suficiente, conseguir el matiz, el efecto, la intensidad, dejar ese regusto agradable, construir algo con cierto interés....y que arranque sentimientos....eso es cosa de los grandes.
Soy consciente de que nunca dejó de ser grande, pero su literatura, pasando por los árboles genealógicos complicados, los amores eternos y las predicciones de muerte, en definitiva el realismo mágico, provocaron tal empacho que ahora sólo le degusto en pequeñas dosis.
"El drama del desencanto se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca a la escalera común, de modo que en el momento de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida".
(Gabriel García Márquez, "Sin título", en Dos veces cuento: Antología de microrrelatos).
¡¡¡Impresionante!!!
ResponderEliminarVaya alegato contra el suicidio.
Gracias por compartirlo.