jueves, 6 de septiembre de 2012

Aeropuertos


Junto a los ventanales, las nubes y la pista de aterrizaje vierten un veneno romántico en la modernidad, y cada cual espera su salida. Alegrías, nostalgias, inquietudes, un cansancio de mundo. En las pantallas electrónicas se baraja el destino, aletean los nombres de ciudades extrañas. Yo la veo marcharse, cruzar entre viajeros. Mira las nubes y por fin se aleja en busca de su isla, donde química y muerte resultan naturales, y las altas palmeras son de plástico.

*Luis Garcia Montero-Escala en Barajas

Tuvieron que separarse frente al control de equipajes. Él estaba justo detrás de la puerta de cristal que daba a la pista. Tras cada uno de sus movimientos ella se daba la vuelta y le saludaba con la mano. En la escalerilla del avión se volvió por última vez, sonrió y lloró, y se llevó la mano al corazón. Cuando desapareció en el interior del aparato, él siguió agitando la mano en dirección a las ventanillas, sin saber si ella lo seguiría viendo. Después los motores se pusieron en marcha, los propulsores giraron, el avión rodó por la pista, fue acelerando y se elevó.

*Bernhard Schlink-Mentiras de verano


El avión despegó igual que un pájaro huyó de su cabeza, sus alas comenzaron a rajar el cielo, con precisión, trazando la linea recta de la distancia. Con la mirada puesta a doce mil pies se lo ocurrió todo aquello que no dijo, o que no supo decir, cuando llegado el momento, tuvo su oportunidad. 

No te marches. Quédate conmigo. Construiremos un mundo nuestro, con escaleras hacia la luna. No te vayas. Prometo abrazarte un poco todos los días. Besarte en los ojos, prestarte mi chaqueta de lana. Compartiremos el cajón de los calcetines, una manta, el otoño, metros y metros de fotogramas y todos los amaneceres de esta vida. 


Y sin embargo le dijo: recordaré estos días mejor que algunos años de mi vida. Prométeme que  sonreirás cuando pienses en mi. 

*Mi pequeño y modesto atrevimiento

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