A veces cierro los ojos y me siento como si viviese al límite, al final de una escapada.
Terciopelo y trompetas. Tráfico en París por la plaza de la Concorde. Un motor descapotable dejó de rugir. Unos cristales opacos miraron a través de mi. El humo de un cigarrillo desvanecido en el aire se repite en cualquier instante. Desde la ventana, la luz parpadeante de los semáforos juega a encenderse y apagarse, igual que todos los besos de este mundo. Hay un puñado de palabras tristes en un periódico, un sombrero sobre la mesa, y la camisa de Michael sobre el cuerpo de Patricia.
PATRICIA: Entre la pena y la nada escojo la pena, y tú, ¿tú que escogerías?
MICHAEL: La pena, es idiota. Yo elijo la nada. No es mejor, pero la pena es un compromiso. Tiene que ser todo o nada y ahora lo sé...
Él la besa el hombro desnudo que se va asomando, tiene el sombrero sobre la cabeza y fuma.
ALGUIEN : ¿Porqué cierras los ojos?
YO: Para que todo se haga blanco y negro, pero no lo consigo, nunca es completamente negro.
La ultima frase es un punto. El dialogo es un poco cinematografico (asi poniendo los nombres, es como un guion de cine)
ResponderEliminarMe quedo por aquí.
Ahms, vale... "etiqueta": Cine
ResponderEliminarTiene sentido xDD
Querida Luciérnaga. Sí, es una especie de adaptación del guión de Godard de la película "A bout de Souffle".
ResponderEliminarA veces no me importaría ser Michael y vivir(sin importarle demasiado las circunstancias) en un París en blanco y negro.
Gracias por subir a mi barco pesquero!!! Prometo coger el escensor, y pulsar al 25.
precioso dialogo,me gusta pasearme por aqui ,me queda tanto por descubrir..
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