martes, 7 de diciembre de 2010

EXITUS


Enroscado en insospechadas posturas solía jugar excitado, estirando el filo de sus navajas. Por instinto, enzarpaba las sardinas ya inertes desde antes del mercado. En las noches de tormenta buscaba cobijo al amparo de mis pies. A pesar de sobrevivir juntos a muchas batallas, envejecimos arrítmicos y con relojes distintos.

Su corazón eléctrico cruzó las montañas para instalarse en un valle infinito, las compuertas abiertas de la máquina de lluvia empañaron los cristales, el eco de las gotas resonaba por dentro como tambores de muerte. Durante años había agotado seis vidas y la séptima estaba desgastada, sin piel para protegerse de las agujas del frío que se hincaban en su alma. Era viejo y sufiencientemente sabio para sobreponerse a su intolerancia al invierno. A base de edredones, mantas y radiadores, ocultaba su cuerpo durante el gélido diciembre. Luego llegaba el calor del verano y buscaba consuelo en el frescor del mármol, de la piedra, de la brisa que mueve las cortinas de la noche.


Con mis yemas pude tocar el contorno de sus nariz por última vez, con esfuerzo acercaba su cabeza a mis dedos, lo sostuve de frente, entre mis brazos. Me percaté de sus ojos, lo necesariamente valientes para vivir tanto tiempo. Nunca tuvo miedo de luchar hasta el final, hasta que las piernas le fallaron, hasta que el conocimiento dejó de inquietarle, hasta que lamiéndose las heridas consiguió únicamente dilatárselas.


Teñido por el reflejo de sus cálidas líneas, mis ojos se cubrieron por las mareas de la ternura, mis lágrimas náufragas, ahogadas en sentimientos de doble dirección, su manifestaron provocando un dulce escalofrío recorriendo mis brazos. Sabía que era la última vez y éso me perforaba por dentro, debilitaba mis piernas.


Hacía tiempo que había dejado de superar los obstáculos a brincos, la vida consiste en superar obstáculos a oscuras, sólo se rindió cuando dejó de ver en la oscuridad.

Descansa en paz.

2 comentarios:

  1. Sin palabras y con alguna lágrima.

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  2. Intenso y conmovedor panegírico, un honor del que tu pequeño tigre estaría mas que orgulloso.

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