Su padre murió en el acto, su madre en el hospital. Todo ocurrió en un espantoso accidente de tráfico.
"El golpe fue brutal.
El automóvil se elevó por encima de la mediana, y cruzó boca abajo el carril contrario hasta estamparse contra unas rocas que quedaban junto al arcén. Y toda la escena, que Marina no fue capaz de recordar con fidelidad hasta que hubieran pasado cuatro meses del accidente, nacía de la velocidad, era velocidad pura. No se veía nada en ella porque no había nada en ella que desentrañar.
Era también sonido. Un sonido violento, pero alejado del acontecimiento mismo que lo producía. Un sonido vacío y discontinuo, que estallaba e inmediatamente quedaba como ensordecido en la distancia, incapaz de sostenerse o de prologarse y que sin embargo iba acompañando el objeto del coche que volaba sobre la mediana hasta quedar boca abajo."
Marina es huérfana y del hospital es trasladada a un orfanato. Las pequeñas manos es un relato poco amable de la infancia, conmovedor e inquietante por igual, reflejo de la crueldad, de la ingenuidad violenta, sádica y fría de esta fase de la vida. Una novela muy intensa.
Marina es la admirada y excluida. No pertenece al grupo del resto de las niñas. Pero su imaginación encontrará la estrategia para sobreponerse a esta situación. Un juego. Un juego nocturno, aparentemente ingenuo que sólo puede ser jugado con la violencia con la que se juega únicamente en la infancia, mientras los adultos son testigos sordos y mudos.
"El miedo se encapsuló en las noches. El miedo estaba en las noches y mentía. Mentía una y otra vez. y las muñecas vivían del miedo que respiraban durante la noche, engordaban de miedo hasta que un último impulso volvía a dejarlas dormidas y se quedaban allí; ten lentas eran, tan pacientes.
Por la mañana se ponían ropa limpia y ya eran las mismas de nuevo."
Se confirma que Andrés Barba es para muchos, y después de leer este libro también para mi, un escritor imprescindible. El libró está marcado por la minuciosidad, por el lirismo, por el detalle desgranado. Cada coma, cada punto, cada silencio de Marina, cada acción colectiva de las niñas, cada sentimiento descrito está encaminado a conmocionar al lector.
Envidias, nostalgias amargas, ingenuidades salvajes, la inocencia terrible, la infancia, a veces tan siniestra como lo fue en Los chicos terribles de Cocteau o El señor de las moscas de Golding.Veo necesario seguir de cerca a este autor y leer alguna otra de sus obras que le llevaron al éxito y al reconocimiento de la crítica.
Por supuesto, recomiendo este libro.
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