sábado, 18 de agosto de 2012

Let's get lost-Chet Baker

 Conduce un descapotable por las calles de L.A. La lluvía despeinando su flequillo. Sonando Dizzy Gillespie, mientras su mirado perdida se detiene en los semáforos. Tiene la voz suave y cansada como quien termina de hacer el amor y besa dulcemente un cigarrillo, aunque intensa, como si por alguna extraña razón cada frase fuese una despedida.

Dicen que let's get lost es uno de los mejores documentales musicales de la historia. En pocos fotogramas me rencontré con el concepto de fotogénico y carismático. Chet baker fue un tipo atractivo y conquistador, se entendía con la cámara a la perfección, hasta que la vida salvaje le fue atropellando poco a poco. 

Curiosamente, vi esta película justo después de en la cuerda floja de James Mangold, sobre Johnny Cash. Ahora, irremediablemente, cuando suena la trompeta de Baker, me da la impresión de que, de un momento a otro, va a entrar en escena la voz oscura, como la noche,de Johnny Cash, el hombre de negro.

Los dos personajes tuvieron la mirada intensa. Ambos tocaban con urgencia, por necesidad, como quien se busca arrancando los sonidos rotos del alma. Los dos perdieron el norte(y el sur) en una botella, mezclada, por supuesto, con algo un poco más fuerte. Ambos tuvieron una infancia difícil y un padre que no les quiso.

Amante de los libertad, de la seducción, de las drogas, que según dicen le trajeron algún que otro grave problema, cuando unos matones le obligaron a comprarse una dentadura nueva. Pero sobre todo fue amante del jazz. Tocaba la trompeta por instinto, sin partituras, y también cantaba por instinto, con la voz triste, nostálgica, encadenando frases, con las que construyó un universo personal, capaz de arañar la esencia de la melancolía humana. 


I Fall In Love To Easily by Chet Baker on Grooveshark

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