Un día, esa cita que tienes contigo mismo deja de ser eludible, decides bajar al sótano, al cuarto de máquinas, allí donde se encuentra el engranaje de tu vida, con linterna en mano alumbras todos los parches de cinta aislante, todas las tuercas pasadas de rosca, todas las averías mal reparadas por la necesidad de la urgencia. Al fondo alguien sentado en un sillón oculta su rostro tras la oscuridad. Te dice algo. Es una voz grave que no te resulta del todo desconocida, la has escuchado antes pero muy de lejos, de noche, mientras en la cama recomponías tu vida y almacenabas deseos sobre una almohada vacía.
-Sal ahí fuera- te dice-. Deja que tu cuerpo se adecue a tu alma.
Justo en ese momento una danza de digresiones baila iluminada por el foco de tu linterna.Un pasillo largo resplandece mágico con luz propia, cegando tus ojos y dejándote a oscuras. Quieres caminar hacia las escaleras, pero resulta imposible orientarte.
Pronto, la luz se apaga y sales de tu interior.
Te miras al espejo y no te reconoces,aunque tienes cierto parecido a alguien que puede que conozcas, al mismo tiempo, tienes un lejano recuerdo de aquella voz, de aquel mensaje encriptado bajo el tono grave de unas palabras. Ahí fuera hay mucha guerra y mucho frente, has de posicionarte en la carretera y optas por un camino en línea recta. Entonces, desvías la mirada del espejo y te alistas en las filas del ejército de la despreocupada sumisión, aunque tu alma, tu convicción, tu batalla interior, pertenecen al ejército de los que luchan por la libertad.
Siempre es invierno, siempre estás resfriado, abrazado a tus piernas tienes frío, tienes miedo porque la onda expansiva de la vida pronto acabará contigo, tal vez mañana, tal vez dentro de un mes, te agota por dentro, y lo sabes. La corriente te lleva y no haces nada por evitarlo, la mano invisible te empuja, te atrapa, te encarcela plácidamente con las yemas de sus dedos. Subes a un tren sin puertas, del que no te puedes lanzar en marcha y todo gira como una noria desplazada por las patas de muchos ratones.
La realidad es un espejismo, una contradicción, una goma elástica que te devuelve al origen, una máquina de hacer sueños de plástico, una lupa que distorsiona y convierte a la luna en metal, un puzzle imperfecto con piezas repetidas que alguien nos hace creer que encajan irrefutablemente.
Aún te sientes fuerte, pero reconoces que eres más débil que antes, y lo peor es que desconoces a tus enemigos, los buscas día a día, pero no los encuentras, quizá buscas en el lugar equivocado y están mucho más cerca de lo que piensas. Ya no te quedan opciones, excepto la nada.
Porciones de territorio arrasadas, has perdido la perspectiva del espacio, formas parte de una plaga de langostas, pero llega el momento en el que doblas la esquina y estás solo, entonces recuerdas las escaleras que se iluminaron durante unos segundos, el recuerdo te da una fuerza que desconocías, sigues adelante......
Este es mi pequeño y modesto homenaje al cómic INVISIBLE, una pedrada gráfica que nos devuelve la conciencia por un rato, una historia vista a través de los ojos del más invisible en la jerarquía de los invisibles. Un bisturí poético que sutilmente nos perfora por dentro. Un libro que ha conseguido que ese hormigueo de sentimientos, que en alguna ocasiones recorre mi brazo izquierdo produciendo un temblor en mi barbilla, se instale por momentos.La indigencia como vehículo de crítica a la sociedad occidental. La vida retratada por el ojo del vagabundo, del que emborronó su futuro con la tinta de su pasado.Alguien que no quiso jugar la partida, pero el mundo le necesita.
"ME ATERRAN LAS MANOS QUE MUEVEN LOS HILOS.ME
ATERRAN AÚN MÁS LOS MUÑECOS QUE SON
MOVIDOS POR LOS HILOS(QUE ELLOS MISMOS
TEJEN).MUÑECOS INERTES,PLANOS,BOBOS,
CARGADOS CON UN PRIMITIVO SOFTWARE
DISEÑADO POR EL ADMINISTRADOR.
ME ATERRA CREER QUE ESTOY SOLO.
NO TARDARÁN EN DESCUBRIRME Y
AÚN NO HE CONSEGUIDO UN
BUEN ANTIVIRUS."
Por si a alguien le interesa conocer más del autor, éste es su blog: