El temblor producido por el movimiento del vagón estimulaba mis rodillas, provocando una extraña sensación de placer. Concentrado en las nubes geométricas y los destinos desvanecidos, cerré los ojos. En un laberinto de digresiones, conseguí encadenar dos pensamientos reconfortantes. Me abandoné a los sueños amplificados a ritmo de jazz.
...Mis músculos elásticos dejaron de estar agarrotados, como cuando me lavaste el pelo, como cuando tus dedos recorrieron los baches de mi frente y el rumor de tus labios se acercaba a mis ojos. Tus manos dueñas de mi sensorialidad. Me siento a salvo. Es un momento espiritual. Puedo saltar de un recuerdo bonito a otro con nitidez. Vivo en paz. No tengo enemigos, aunque si los tuviese vencería. Soy capaz de resolver acertijos, encontrar las palabras adecuadas. Decir todo aquello que nunca me atreví a decirte. Estoy ágil, crecido, desbordado quizás. Podría cambiar cualquier final. Escoger para mi uno evocador....
...Mis músculos elásticos dejaron de estar agarrotados, como cuando me lavaste el pelo, como cuando tus dedos recorrieron los baches de mi frente y el rumor de tus labios se acercaba a mis ojos. Tus manos dueñas de mi sensorialidad. Me siento a salvo. Es un momento espiritual. Puedo saltar de un recuerdo bonito a otro con nitidez. Vivo en paz. No tengo enemigos, aunque si los tuviese vencería. Soy capaz de resolver acertijos, encontrar las palabras adecuadas. Decir todo aquello que nunca me atreví a decirte. Estoy ágil, crecido, desbordado quizás. Podría cambiar cualquier final. Escoger para mi uno evocador....
Un ruido imprevisto me sobresalta. Un ligero cansancio me invade. Mis ojos no obedecen, se abren espontáneamente. Mi mirada submarina sale a la superficie. La realidad nace. Los sueños mueren. Las puertas se abren. Todo ocurre demasiado deprisa. Creo que debería bajarme antes de que sea demasiado tarde.
Odio despertar de un buen sueño.
ResponderEliminarY qué difícil es volver a empezar!!. Gracias anónimo.
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