...Despertar. Arrancarme las legañas. Inyectar la mirada en líquido de lentillas. Es muy temprano. Demasiado temprano. Mi perra corre. La maleza está enorme. Las espigas son dardos, que lanzaba de niño a otros niños, ahora a mi perra. Sus patas pisan unas margaritas. Me despisto. Me despista pensar que la marea de los días arranca las flores. Pero tú eres como el loto. Estás en la superficie. Siempre en la superficie. En mi azotea. Por encima del pensamiento.
Es muy temprano. Salgo de casa, con las llaves equivocadas. Me despisto. Eres un loto, en la azotea. No quiere sentirme ansioso. Ni correr para coger el tren. El dichoso tren. Siempre el tren. Por el camino de tierra hay pisadas de zapatillas. ¿Sigues teniendo las Chuck Taylor? El otro día quise comprarme unas como las tuyas. Pero estaban demasiado limpias. Las prefiero sucias, descoloridas, con la puntera de goma manchada, con las plantillas llenas de arena de playa, y cortes en los laterales, por caminar de puntillas. Me despisto. Extrañar, recordar, olvidar, todo es la misma imagen. Eres un loto. Estás en mi azotea.
Bajando las escaleras mecánicas mis manos manchadas de tinta, se manchan de grasa. Hay una chica esperando al tren. Se come un yogurt. Sostiene la cuchara con dos dedos, el resto los lleva vendados. A mi me duele la mitad de la cabeza. Con la otra mitad sostengo una flor de loto. Y extraño, y olvido los recuerdos vendados. Y me despisto. Eso dice mi jefe: eres listo, pero te despistas.
Por fin en el tren. Hay dos películas en mi bolso de cuero. Un documental filmado por la Coixet , y por Win Wenders, y por Fernando León de Aranoa, ese con la melena blanca que viste el otro día en Lavapies. También un musical llamado Once, sobre un tipo pelirrojo, muy british, con cara de buena gente, llamado Glen, que canta con una guitarra rota, una voz rota, y un corazón roto. Pero conoce a una chica con una aspiradora rota, y el alma casi también.
Suena una voz en Spanglish. Esa dichosa voz. Odio esa voz. ¿Porqué dice media distancia train? Miss. Remember. Forget. Todo es lo mismo.¿Sigues en mi azotea? Eres un loto. Me despisto. El vagón es un calcetín sucio lleno de gente. Todo está tapado por la gente. Demasiada gente. Hay tanta gente que apenas puedo ver esas piernas bajo un bolso innombrable, que pone rendez vous.
Se acabó el viaje. Se acaba mi moleskine del petit prince. Justo ahora que alguien deja de mirar su black mirror para espiarme. ¿ O para despistarme? Me da vergüenza que pueda leer el vómito de esta secuencia drogada, este suicidio en el desfiladero de los renglones. Las palabras, las ideas, la inspiración ya descansan en el cementerio del lenguaje. Eres un loto. Sobre la superficie. Extrañar, recordar, olvidar, todo es la misma imagen. Y me despisto....
**Palabras textuales arrancadas de las dos últimas hojas de mi pequeña y preciosa moleskine.
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